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La solución "menos dolorosa" es que Grecia abandone el euro

El presidente del instituto alemán de investigación económica Ifo defendió hoy que la salida de Grecia de la zona euro sería la solución "menos dolorosa" y recalcó que una medida así no provocaría una reacción en cadena porque la situación en el resto de países europeos en dificultades "no es tan grave".

Sus declaraciones, pronunciadas en un encuentro con la prensa extranjera acreditada en Berlín, se producen en medio de los crecientes temores a un impago en Grecia y dos días antes de que la "troika" formada por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional "FMI" y la Unión Europea (UE) vuelvan a Grecia para analizar si liberan el pago de un nuevo tramo de ayudas.

"Llevo más de un año repitiendo que la opción más fácil es que Atenas abandone la moneda única, pero es a los griegos y nadie más a quienes les corresponde decidir si quieren o no", subrayó el experto mientras las bolsas europeas abrían la jornada con desplomes generalizados.

Según él, la salida del país heleno no arrastraría a otros socios en dificultades como España e Italia "porque los desequilibrios en ambos países son mucho menores y su competitividad, mayor".

"España sabrá encontrar el camino para salir de la crisis. El país tiene una industria competitiva y un déficit pequeño", apuntó. "No veo ni a España ni a Italia en peligro real".

Y según él, ambos pueden escapar de la situación en la que se encuentran "siguiendo el modelo alemán". Portugal, por el contrario, "lo tiene mucho más difícil".

En su opinión, si Grecia o Portugal dejasen de pertenecer a la eurozona no se produciría ningún colapso, "sino sólo una pausa que requeriría un nuevo inicio para garantizar la integración".

En el encuentro, el economista recomendó una y otra vez fijarse en el modelo estadounidense para llevar a cabo la integración europea. "No se pueden socializar las deudas", repitió.

De todos modos, recalcó que las deudas de Atenas son "sólo una parte del problema". La clave, según dijo, es la falta de competitividad existente en el país.

"Un país demasiado caro tiene que abaratarse. En Grecia los precios tienen que bajar entre un 20 y un 30 por ciento", recomendó, añadiendo que si Grecia cayese al nivel de Turquía, recuperaría su competitividad.

El presidente del instituto muniqués reconoció pese a todo que la devaluación es difícil de materializar dentro de la Unión Europea y propuso una tercera vía con la introducción de "un nuevo proceso que fije visiblemente cuánto dinero puede gastarse para qué" en la eurozona.

En él se ditinguirían claramente tres fases, - falta de liquidez, amenaza de insolvencia e insolvencia total- con plazos inamovibles. "Y la comunidad sólo intervendría en la tercera fase".

Según explicó, con ello se animaría al país "a levantarse por sí mismo".

Sinn recordó que Grecia es insolvente desde abril de 2010 y que desde 2008, el BCE ya financiaba su déficit.

En ese sentido, criticó una vez más la política del guardián del euro y añadió que si fuera canciller, la primera medida que tomaría sería la de "explicar que Alemania no está de acuerdo con la política del BCE y que se tiene que centrar en la política monetaria y abandonar la compra de deuda".

"No es lo mismo política monetaria que crediticia", insistió haciendo hincapié por otro lado en que la situación es tan grave que "se hace necesario replantearse todo".

Pese a ello, insistió en que hay que defender el euro y tachó de "poco deseable", aunque "posible" la opción de que Alemania, primera portencia económica europea, abandone la unión monetaria.

Fuente: dpa | 12/09/2011


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