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Crece el riesgo de que Grecia abandone el euro

El Fondo Monetario Internacional (FMI) desconfía cada vez más de Grecia, y considera que Atenas no estará en disposición de responder a lo comprometido para 2020 y rebajar el nivel de endeudamiento al 120% de su PIB. Por ello, el Fondo está estudiando detener su aportación a las ayudas a Grecia, lo que desembocaría en un cierre total de las inyecciones financieras que llegan desde las instituciones europeas, tras la decisión del BCE de dejar de aceptar los bonos griegos depositados como garantía por los bancos a cambio de refinanciación en efectivo. El país heleno estaría de este modo en situación de insolvencia el próximo septiembre.

La información se produce justo en momentos en que representantes del FMI, el BCE y la Comisión Europea se encuentran en Atenas para verificar el cumplimiento del programa de recortes por 11.500 millones de euros al que se comprometió el nuevo gobierno. Según la troika, la ampliación del plazo demandada por Grecia tras el recorte implicaría un nuevo desembolso de, al menos, 50.000 millones de euros, algo a lo que muchos países de la zona euro no están dispuestos.

El rumor recorre Europa

Empiezan a recorrer Europa los rumores que apuntan a una posible salida de Grecia del euro. La idea se afianza entre economistas, políticos y representantes de la troika. Hoy, el ministro de Economía alemán, Philipp Rösler, afirmó que "ya no es improbable" y que tal posibilidad ha dejado ya de "causar espanto" al tiempo que se declara “más que escéptico” sobre la posibilidad de que Atenas pueda cumplir los compromisos adquiridos. "Si Grecia no puede cumplir los compromisos, no habrá más pagos", sentencia Rösler, consciente de la repercusión que tendría sobre la economía helena cerrar el grifo de las aportaciones financieras.

Según “Der Spiegel”, los socios políticos de la canciller Angela Merkel contemplan un regreso “suave” de Grecia al dracma. Para Alexander Dobrindt, secretario general de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), hermanada al partido que lidera Merkel, esta forma "suave" de regresar a la antigua moneda sería mucho mejor para Grecia "que un corte radical". Para Dobrindt, una fórmula de "moneda paralela" desatascaría el crecimiento, al tiempo que propone elaborar en paralelo una "hoja de ruta" para organizar la salida de Grecia de la zona del euro. "El estado griego debería empezar a pagar la mitad de los sueldos de sus funcionarios, las jubilaciones y otros gastos en dracmas", ha añadido el secretario general de la CSU, en declaraciones al dominical "Welt am Sonntag".

Para finalizar, Dobrindt aboga por trabajar en un concepto destinado a reducir el ámbito de la zona del euro, es decir, limitar el número de países adscritos a la moneda única, en lugar de estar reflexionando continuamente sobre "cuál va a ser el camino a seguir para el siguiente traspaso de competencias nacionales a Europa".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, del Partido Liberal (FDP) -el tercer socio de la coalición de Merkel, junto a la CDU y la CSU- ha expresado su rechazo frontal a toda renegociación de los compromisos adquiridos por Grecia. Se percibe el deseo de Grecia de "negociarlo todo de nuevo y de cuestionar compromisos sustanciales adquiridos", apunta el ministro, en declaraciones al diario "Bild", y añade que no aprobarán ningún cambio de las condiciones, y aconseja al Gobierno griego "tomarse en serio" esas obligaciones.

A pesar de este clima, el Banco Europeo de Inversión (BEI) acaba de reanudar la financiación a Grecia con un préstamo de 1.440 millones de euros, que entregará en diversos tramos desde el próximo otoño hasta 2015.

Fuente: Expansion

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