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Grecia se asoma a nuevas elecciones y la salida del euro

Antonis Samaras

Las elecciones francesas siguen eclipsando a las griegas, pero es en Atenas donde se está jugando el futuro de la UE. El peor escenario para la estabilidad del euro se ha hecho realidad. Europa se acostó el domingo medio tranquila, por la mayoría raspada prevista para los dos grandes partidos tradicionales, enemigos pero fieles al guión de austeridad, pero se levantó con un susto. Durante la noche Nueva Democracia (ND), conservadores, y los socialistas del PASOK se quedaron por debajo de los 151 escaños necesarios. Con una debacle histórica suman solo 149 y necesitan una tercera fuerza para gobernar. Que sencillamente no existe, pues las otras cinco siglas que han entrado en el Parlamento como un vendaval son radicales de izquierda y derecha, y se oponen a los planes de ajuste de la 'troika' -Unión Europea (UE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)-.

Este terremoto político representa el castigo del pueblo griego a dos años brutales de recortes e impuestos, incluido el recurso extremo al partido neonazi Amanecer Dorado, con nada menos que 21 diputados. Parece imposible formar Gobierno y la salida más razonable es demencial: nuevas elecciones el mes que viene con un resultado imprevisible. Se maneja la fecha del 17 de junio. Un incumplimiento de lo prometido a Bruselas, sea por imposibilidad o negativa, supone en teoría que se cierre el grifo del dinero de rescate y la quiebra. Analistas de Citigroup situaban ayer en un 75% las posibilidades de que Grecia salga del euro.

Mientras la Bolsa de Atenas caía un 7,9%, ayer se abrió a toda velocidad la ronda de consultas para que Antonis Samaras, de ND, el partido más votado -aunque solo con un 18,8%-, cumpliera el trámite de intentar formar un Ejecutivo. Pero los números y las declaraciones de los partidos ya dicen que nadie lo logrará. De hecho por la tarde Samaras había terminado, y disponía de tres días. La pelota pasa hoy al segundo partido, Syriza, de extrema izquierda y revelación de los comicios con un ascenso de doce puntos (16,78%), y luego al PASOK, relegado por sorpresa a tercera fuerza política. Los socialistas de Vangelos Venizelos, hasta ahora en el Gobierno, han sufrido un derrumbe de treinta puntos hasta el 13,18%. Su exprimer ministro, Giorgios Papandreu, que dimitió en noviembre, culpaba ayer del «desastre de voto de protesta y populismo» a la UE, por ignorar su petición de medidas de crecimiento paralelas a la austeridad. También acusó al ND por forzar las elecciones anticipadas con el deseo de hacerse con el poder. «Europa necesita un 'New Deal' o será el fin», sentenció en referencia al gran plan de intervención de Roosevelt en EE UU en los años treinta.

El electorado de izquierda se ha radicalizado en Syriza, equivalente a Izquierda Unida en España, que ha sido el primer partido en Atenas y Salónica. Su líder, Alexis Tsipras, un ingeniero de 37 años, con un hijo y que se niega a ponerse una corbata, es el nuevo rostro de la política griega. Crecido como activista comunista y ecologista, sus recetas causarían una crisis de pánico a Angela Merkel. Contra «el saqueo del país», propone congelar el pago de la deuda, nacionalizar los bancos, aumentar los impuestos a los ricos e inyectar dinero público para subir pensiones y contratar miles de funcionarios. Pero siguiendo en el euro.

Si se va a las urnas es muy posible que en un mes el cuadro sea igual o peor, aunque hay una variable importante: la abstención del domingo fue histórica, el 40%, y quizá se reduzca en una nueva cita marcada por la alarma. ¿Qué significa todo esto? Como mínimo, lo que ayer ya avanzaban Samaras y Venizelos como súplica desesperada: renegociar las condiciones impuestas por la 'troika' para poder rebajar la presión sobre los ciudadanos. Según lo pactado a cambio del segundo plan de rescate, hay que aprobar en junio nuevos recortes por 11.500 millones. Si no se alivian las exigencias será muy difícil que ND y PASOK abran una vía de negociación 'in extremis' con una tercera fuerza para formar un Gobierno esta semana. Y, en caso de nuevos comicios, quizá se hundan más. Si triunfa el frente hostil a la austeridad no pediría piedad a Bruselas, sino que podría romper directamente los acuerdos.

Ganar tiempo

Por estrategia deliberada o inconsciencia cuadriculada, la respuesta de Alemania ayer fue gélida. Angela Merkel dijo que es «de la máxima importancia» que Grecia cumpla con «las reformas ya acordadas». La respuesta es maquinal, pero es la ocasión de ver si algo ha cambiado con la victoria de François Hollande en Francia, partidario de replantear la receta del rigor puro y duro. El FMI se escudaba ayer en un «no comment» y en Bruselas se gana tiempo. La portavoz de la Comisión, Pia Ahrenkilde, hizo un bonito llamamiento a los partidos griegos a «trabajar con espíritu de responsabilidad» y formar «rápidamente» un Gobierno estable. «La UE seguirá ayudando a Grecia con las reformas en el cuadro del programa de ajuste que es la base de una recuperación económica», concluyó. Esto sonaba ayer a chino en Grecia, en su quinto año de recesión y con una caída de sueldos y pensiones del 25% al 40%. Hasta la hora de la verdad, se trata de saber quién va en serio o farolea. Pero los griegos han votado muy en serio.

Fuente: El Correo


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